LIBERA TU MENTE Y TU CORAZÓN DEL PREJUICIO.
Muchas veces te he ignorado por miedo,
por no saber cómo tratarte, por no equivocarme,
pensando que Dios se Habia equivocado.
Creías que vivías triste, sin esperanzas
y lleno de sueños inalcanzables.
Pero tú me enseñaste que:
Ríes, lloras, bailas, sueñas, juegas,
... posee capacidad de superación.
Me has enseñando a ver que eres como yo.
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